Exploración o examen de la cavidad abdominal mediante la introducción de un laparoscopio a través de una pequeña incisión.
La laparoscopia es una técnica que permite la visión de la cavidad pélvica-abdominal con la
ayuda de una lente óptica. A través de una fibra óptica, por un lado se transmite la luz para
iluminar la cavidad, mientras que se observan las imágenes del interior con una cámara conectada
a la misma lente.
El mismo método permite intervenciones quirúrgicas, por lo que también se considera un sistema
de cirugía de invasión mínima cuyo objetivo es curar o corregir enfermedades.
El aparato utilizado se llama torre de laparoscopía y entra en el cuerpo a través
de una pequeña incisión (habitualmente entre 0,5 y 1,5 centímetros).
Historia
En 1975, el Dr. Tarasconi, del Departamento de Ginecología y Obstetricia de la Facultad
de Medicina de la Universidad de Passo Fundo (Passo Fundo, Río Grande del Sur, Brasil),
inició su experiencia con resección de órganos pélvicos por laparoscopia (salpingectomia),
que fue primeramente relatada en el tercer congreso de la AAGL
(American Association of Gynecologic Laparoscopist), realizado en Atlanta (Georgia),
en noviembre de 1976. Esta nueva técnica quirúrgica laparoscópica fue posteriormente
publicada en una revista médica estadounidense en 1981.1 Este fue el primer relato acerca
de una resección laparoscópica registrado en la literatura médica.
Indicaciones
Colecistectomía vista a través de una laparoscopia.
Prácticamente cualquier cirugía abdominal y pélvica puede ser realizada a través de esta técnica,
entre algunas de ellas tenemos colecistectomías, cistectomías, apendicectomías,
resecciones intestinales, esterilizaciones quirúrgicas y pancreatectomías, todo esto se
puede hacer usando el ombligo como vía de entrada para el cable.
Entre algunas ventajas de la cirugía laparoscópica respecto a la cirugía abierta tradicional
se encuentran el menor tamaño de la incisión con el consecuente mejor efecto estético,
el menor dolor postoperatorio y en líneas generales una recuperación más rápida del paciente
y menor estancia hospitalaria.
Para la práctica de estas técnicas el cirujano a cargo debe tener una buena experiencia
con el uso de la laparoscopia y una sólida formación puesto que aunque es muy parecido,
no es exactamente igual a hacer las diferentes operaciones directamente con las manos.
Uno de los últimos logros de la laparoscopía ha sido su uso en cistectomía radical,
una alternativa a la cirugía abierta para aquellos pacientes que presentan un tumor
de vejiga avanzado.
Recientemente han surgido variantes menos invasivas en cirugía laparoscópica, cirugía
laparoscópica con un enfoque estético que además son prácticamente indoloras en el post operatorio.
Técnica
A través de una o más incisiones son introducidos trocares y cánulas; la punta del trocar
(el mandril o punzón) se retira y la cánula queda en la incisión para proporcionar la vía
de acceso para el instrumental que se usará en la operación. Se introduce el sistema de óptico
para visualizar el lecho operatorio.
Instrumental laparoscópico.
La cirugía laparoscópica asistida por video ha modificado quirúrgicas fundamentales:
el cirujano debe realizar intervenciones y demostrar habilidades quirúrgicas en el área
tridimensional a través de la imagen bidimensional que se proyecta en la pantalla de un monitor.
Asimismo el operador debe manipular y tener “sensación” de los tejidos a una distancia
mayor de 30 cm a través de distintos instrumentos, en vez de utilizar sus manos,
ello significa que los cirujanos deben desarrollar un sentido de coordinación “vista-tacto”
basado en la imagen proyectada en video.
El equipo laparoscópico consta de los siguientes componentes de uso básico: telescopios,
fuentes de luz, imagen y vídeo (cámaras, monitor, procesador de video, videograbadora),
insufladores, trocares, cánulas de aspiración/irrigación, equipo para electrocirugía,
instrumental quirúrgico (sujeción, disección, retracción, tijeras, porta agujas,
aplicadores de grapas, engrapadoras, otros). Así como una serie de elementos adicionales
de diseño específico: ultrasonido y doppler laparoscópico, fuentes de energía
(para electrocauterio y láser), litotriptores, morciladores y bisturí armónico.
Entre los procedimientos que pueden realizarse con este método están la laparoscopia abdominal,
la mediastínopatia, la pelviscopia o laparoscopia pelviana, la toracoscopia, la artroscopia.
Ciertos procedimientos no requieren una incisión porque el instrumento óptico se introduce
a través de un orificio natural. Estos procedimientos son broncoscopia, fibrocolonoscopia,
cistoscopia, esofagoscopia, fibrogastroscopia, esofagogastroduodenoscopia, histeroscopia,
laringoscopia y cirugía endoscópica urológica. Los beneficios de la cirugía mínimamente
invasiva sobre las técnicas a cielo abierto incluyen menor dolor postoperatorio,
una recuperación más rápida y una reducción de la incapacidad.
Existen procedimientos como la colecistectomía, donde el beneficio quirúrgico no
justifica grandes incisiones, pero hay otros como la operación de Whipple (pancreatoduodenectomía),
donde una incisión grande es irrelevante, respecto al procedimiento en sí,
cuando menos en la actualidad.
Una CirLap electiva puede y debe convertirse en abierta cuando el tiempo recomendado y
los hallazgos dificulten su realización (y persistir ponga en peligro al paciente,
por sangrado, lesión de otros órganos, etc.); y es universalmente considerado que la
conversión no se considera un fracaso, sino una aplicación del criterio de seguridad,
ante lo que no se debe vacilar en tomar la decisión.
Otra situación ocurre cuando en la hernioplastía inguinal el tamaño de la incisión estándar
y la habitual pericia del cirujano, son superiores al costo que representa la técnica
laparoscópica y su implementación, que es muy alto respecto a la cirugía abierta tradicional,
y sólo se reserva ésta para las situaciones de recidiva recurrente, o que la mínima comodidad
extra sea pagada por un seguro médico.
Complicaciones
Que el puerto de acceso sea pequeño no quiere decir que esté exenta de riesgos,
ya que se tiene acceso a órganos vitales que pueden ser dañados. Esta incisión se
utiliza durante un corto período, al final del procedimiento, disminuyendo así el
riesgo de infección de la herida, el dolor postoperatorio y las lesiones musculares de
la pared abdominal. Esto hace que el postoperatorio sea menos doloroso, los paciente
s requieren menos analgésicos y se movilicen antes.
La cirugía laparoscópica o “mínimamente invasiva” es una técnica especializada para realizar cirugía. Anteriormente, esta técnica se usaba por lo general para cirugía ginecológica y de vesícula biliar. Durante los últimos 10 años, el uso de esta técnica se ha ampliado e incluye la cirugía intestinal. En la cirugía tradicional “abierta”, el cirujano usa una sola incisión para entrar al abdomen. La cirugía laparoscópica usa varias incisiones de 0.5 a 1 cm. Cada incisión se denomina “puerto”. En cada puerto se inserta un instrumento tubular conocido como trocar. Durante el procedimiento, a través de los trocares se pasan instrumentos especializados y una cámara especial llamada laparoscopio. Al iniciar el procedimiento, el abdomen se infla con el gas llamado dióxido de carbono para proporcionar al cirujano un espacio de trabajo y visibilidad. El laparoscopio transmite imágenes de la cavidad abdominal a los monitores de video de alta resolución del quirófano. Durante la operación, el cirujano observa las imágenes detalladas del abdomen en el monitor. El sistema permite que el cirujano realice las mismas operaciones que la cirugía tradicional pero con incisiones más pequeñas.
En ciertos casos, el cirujano puede elegir usar un tipo de puerto especial que es lo suficientemente amplio como para insertar una mano. Cuando se usa un puerto para mano, la técnica quirúrgica se llama laparoscopia “asistida con la mano”. La incisión necesaria para un puerto para mano es más grande que las demás incisiones de laparoscopia, pero es normalmente más pequeña que la incisión para cirugía tradicional.
En comparación con la cirugía tradicional abierta, los pacientes sienten menos dolor, tienen un período de recuperación más breve y hay menos cicatrización con la cirugía laparoscópica.
La mayoría de las cirugías intestinales puede realizarse con la técnica laparoscópica. Éstas incluyen la cirugía para la enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa, diverticulitis, cáncer, prolapso rectal y estreñimiento grave.
Anteriormente, había preocupación por la seguridad de la cirugía laparoscópica en las operaciones de cáncer. En la actualidad, varios estudios en los que participaron cientos de pacientes han demostrado que la cirugía laparoscópica es segura para ciertos cánceres colorrectales.
La cirugía laparoscópica es tan segura como la cirugía tradicional abierta. Al iniciar una operación laparoscópica, se inserta el laparoscopio a través de una incisión pequeña y cercana al ombligo. El cirujano inspecciona primero el abdomen para determinar si es seguro realizar una cirugía laparoscópica. Si hay una gran inflamación, o si el cirujano encuentra otros factores que impiden ver claramente las estructuras, puede tener que hacer una incisión más grande para terminar la operación de manera segura.
Toda cirugía intestinal implica un cierto riesgo, tal como complicaciones relacionadas con la anestesia y hemorragias o complicaciones de infección. El riesgo de toda operación lo determina en parte la naturaleza de la operación específica. La salud general de la persona y otros problemas médicos también son factores que afectan el riesgo de cualquier operación. Usted debe hablar con el cirujano acerca de su riesgo en particular para alguna operación.